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A todo el que preguntes le gusta la música, y a todo el que preguntes dice que debería ir a más conciertos. Pero lo cierto es que los grandes auditorios y las salas tradicionales son cada día menos visitadas. Sin embargo, cuando nuestro ritmo de vida nos permite pararnos delante de un músico y dejarnos llevar, lo disfrutamos como si fuera un regalo.
Esto puede ser literal para un cumpleaños, una fiesta de jubilación, una reunión familiar o simplemente por querer hacer a una persona querida un regalo especial e inolvidable. Desde una aria de ópera hasta una canción actual, pasando por bandas sonoras o curiosidades del
repertorio, puedes regalar un rato de música en directo personalizada, ofreciendo un diálogo distendido sobre las obras y lo que transmiten. Un regalo muy original e inesperado para compartir y celebrar juntos.
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